Las empresas de comunicación y los medios de prensa que tienen mayor poder económico, se concentran en la capital del País. (Como ocurre con todo). Y pareciera, según la frase citada más arriba, que la calidad del periodismo en el resto del Uruguay es de segundo nivel, precisamente porque no se encuentra en el centro neurálgico del territorio nacional.
Cuando decimos el periodismo del interior estamos diviendo un concepto tan amplio como Periodismo en dos partes básicamente distinguidas por su ubicación. ¿Acaso un periodista del New York Times concentra su visión en hechos que solo ocurren a su alrededor? Pues de ser así no existirían los grandes relatos universales.
Regresando a nuestro País, considero que la falla proviene de los grandes medios de comunicación, hay una falencia en la difusión de las cosas que suceden a la población uruguaya en su totalidad.
Sabemos que nosotros los periodistas subsistimos gracias a las noticias, y tiene lógica, la mayoría de las noticias nacen en la capital, pero es evidente que en el resto de los departamentos también ocurren hechos noticiosos. Entonces, la diferencia implícita que aparece en esta frase, es un mero acto de subdivisión.
Quisiera ahondar más en el trato del «periodismo capitalino» al «periodismo del interior»
Hace unos años en la ciudad de Minas un canal local, produjo un programa de cantantes en vivo, una especie de concurso. En ese momento la televisión uruguaya, retransmitía un programa con un amplio despliegue de producción, y de origen argentino. A su vez se emitía por un canal capitalino un programa de análisis televisivo, se hacían chistes, la idea era entretener. Con ese motivo se invito al conductor del programa minuano y de cierta forma, se hicieron burlas y comparaciones entre las grandes producciones argentinas y la emisión más humilde. En ese acto simbolico de querer difundir lo que se hace en el interior, en realidad… se bromeo con eso.
Entonces en este ejemplo, es visible como desde nuestro País existe una «gracia» respecto a lo que se hace fuera de Montevideo. Sé que esto suena como una opinión bastante generalizadora, pero en ocasiones es como nos lo hacen sentir.
“Los periodistas del interior” nos ocupamos de ampliar la información nacional, de los hechos que ocurren en la capital como las historias que ocurren en el pueblo más pequeño de la zona. Y eso en ocasiones también es tomado como un chiste, que interesante es para la masa, ¿revelar si un ciudadano local ganó el 5 de oro? Si escuchan la noticia desde un enorme medio televisivo, les parece relevante y si la ven en un canal local, les parece una entrevista fuera de lugar.
La población se enceguece ante las grandes cámaras, los reflectores, los peinados y los trajes, les hacen creer que la información de la gran metrópolis, es una información más acertada, más elegante y jerárquica. Comparada con el periodista que desgrava una nota y la publica en el diario ciudadano.
Pareciera que la población se interesara más por la estrella en el horario central de un informativo, que por el mensaje que sale de su boca. No es culpa del pueblo dejarse llevar por la luminosidad de algunas estrellas, la cultura de masas, no tiene culpables sino víctimas.
Los entrevistados
Personalmente puedo contarles que me ha ocurrido lo siguiente. Y con esto quisiera resumir el análisis.
Ante un hecho importante ocurrido en mi ciudad, debí buscar la palabra de una autoridad local. Una autoridad que estaba relacionado directamente con una noticia departamental. Ante mi invitación, esa persona dudo de darnos su entrevista. Sin embargo cuando una estrella de la televisión nacional, de un canal más que reconocido, lo invitó a hablar sobre ese mismo tema, no dudo en hacerlo.
Prendí mi televisor y lo vi, emitiendo fervientemente un testimonio, como si estuviera en el programa de Mirtha Legrand.
Es que, entenderán, el cholulismo de formar parte de lo más grande, es más fuerte que simplemente informar.
Sin resentimientos.